¿Qué es el cáncer?
- Alejandro Sánchez
- 15 jul 2020
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 16 jul 2020
Entre las células que forman nuestros tejidos existe una comunicación y cooperación. Saben cuando reproducirse, qué genes transcribir e incluso cuando morir. Todos estos sucesos se desarrollan a lo largo de lo que conocemos como "ciclo celular". Sin embargo, en ocasiones algo falla.

Las células de nuestro organismo tienen diversos mecanismos para su autocontrol. El ciclo celular está formado por los diferentes sucesos que se desarrollan a lo largo de la vida de una célula, abarcan desde su crecimiento hasta su reproducción y muerte.
A lo largo de su vida, una enorme cantidad de elementos atentan contra la integridad celular. Desde radiaciones a las que nos exponemos, como los rayos ultravioletas procedentes del sol, hasta productos que se originan por el propio metabolismo celular. Todos estos agentes dañinos pueden afectar a nuestras células a muy diferentes niveles, pero el nivel en el que nos centraremos aquí es el del material genético, el ADN.

No todo pinta tan mal para nuestras células. También tenemos numerosos mecanismos para defendernos de todas estas agresiones. Existen proteínas, como la ADN polimerasa, que poseen capacidad para detectar y reparar errores en nuestro ADN si fuera necesario. La famosa proteína p53, conocida como "El guardián del Genoma", también es otro ejemplo de mecanismo de defensa celular. Esta tiene la función de detener el ciclo celular. Impide el crecimiento y la división de células dañadas hasta que estas reparen sus errores o, en caso de que esto no fuese posible, induce su muerte.
Pero en ocasiones estos mecanismos de defensa son superados, o más bien, inhibidos. Nos adentramos ya en el profundo y extenso mundo de las numerosas patologías que hoy denominamos cáncer.
Los daños del Genoma
El ADN contiene el mensaje necesario para sintetizar nuestras proteínas. De su secuencia, formada por cuatro letras, se extrae la información necesaria para codificar las proteínas celulares. En ocasiones esta secuencia se ve alterada, a esos cambios los llamamos mutaciones. Las mutaciones pueden ser de diversos tipos, puede haber inserciones de una o más letras, eliminación de una o más letras o sustituciones de letras, como la que vemos en la imagen.

La cuestión es que esos cambios pueden alterar la función de la célula. En concreto, hay ciertos cambios que derivan en la pérdida de control de la célula sobre su propio ciclo. Hemos mencionado que existen proteína, como la p53, que se encargan de hacer de guardián. Custodian al genoma, lo revisan y detienen el ciclo si existe daño importante en el ADN. La p53 impide que una célula con un excesivo daño se reproduzca, exigiéndola reparación o llevándola a la apoptosis o muerte celular.

Las células pierden el control
En ocasiones algo falla, los daños se acumulan y algunos de esos daños comprometen la función de nuestros guardianes. Los guardianes no dejan de ser proteínas cuya información esencial viene codificada en el ADN, de eso hablaremos más adelante. La cuestión es que nuestras células llegan a acumular una gran cantidad de errores que las hace perder el control sobre su ciclo celular y pasar a dividirse de forma descontrolada.

Nuestros tejidos poseen mecanismos de cooperación para que las células que lo forman sean reemplazada de una manera "ordenada y proporcional". Como ya hemos visto, cuando la célula es dañada, bien sea por un agente puntual o por el propio efecto del envejecimiento, esta es inducida a la apoptosis. La apoptosis es la muerte celular programada. La célula en cuestión recibirá "mensajes", bien desde mecanismos internos o bien del exterior, para desencadenar su muerte.
Proto-oncogenes y genes supresores de tumores
Resulta que encontramos en nuestro ADN regiones particularmente críticas para el control del ciclo celular y, por tanto, importantes para el posible desarrollo de cáncer.
Los proto-oncogenes son genes que codifican proteínas que estimulan la división celular. Activan procesos y mecanismos que guían a la célula hacia la proliferación.

Los genes supresores de tumores codifican proteínas encargadas de inhibir el ciclo celular, reparar el ADN y dirigir a las células dañadas hacia la apoptosis.
Los daños en cualquiera de estas regiones hacen a las células más proclives a perder el control sobre su ciclo y, por lo tanto, a dividirse de forma descontrolada.
Cáncer y envejecimiento.
Como ya hemos hablado, los procesos tumorales se dan por la acumulación de errores en el Genoma, en nuestro ADN. Esto hace que con los años la probabilidad de sufrir cáncer sea mayor. El cáncer está directamente vinculado al envejecimiento, y aunque esto no sea siempre así, las personas de más avanzada edad son quienes suelen padecer este tipo de enfermedades.

La acumulación de mutaciones a lo largo de los años, la disminución de la renovación celular y la menor eficacia de nuestros sistemas de vigilancia y reparación celulares, convierte al cáncer en una enfermedad muy ligada al envejecimiento. Mi compañera Alba dejó un post hablando del envejecimiento en este mismo blog, por si quieres pasarte.
¿Tumores malignos o benignos?
Cuando nuestras células pierden el control y se reproducen de manera descontrolada, dan lugar a masas celulares que conocemos como tumores. Un tumor puede permanecer encapsulado rodeado comúnmente por otros tejidos de tipo conectivo y a esto lo llamamos tumor benigno. Sin embargo, en ocasiones estos tumores benignos adquieren la propiedad de invadir nuevos tejidos y comenzar a proliferar en otras nuevas localizaciones, a esto lo llamamos tumor maligno o cáncer y a sus nuevas localizaciones tumores secundarios o metástasis.

¿El cáncer se hereda?
Decir que el cáncer es una enfermedad hereditaria no es del todo correcto. No se hereda la enfermedad como tal, sino que se hereda predisposición. Así pues, cuando solemos escuchar la afirmación "cáncer de mama hereditario" lo que en realidad se está heredando es la predisposición a sufrirlo. En ocasiones la predisposición heredada hace que las probabilidades de sufrirlo sean muy elevadas y es por esto que en ciertas familias vemos que se padece la enfermedad generación tras generación.

Para que se entienda. Previamente hemos hablado del origen del cáncer como la sucesión y acumulación de errores en nuestro ADN y de las regiones críticas donde sufrirlos. Pues bien, alguien que haya heredado una mutación en una de estas regiones críticas, tendrá una mayor probabilidad de sufrir cáncer que alguien que no lo haya heredado. Esto no quiere decir que por tener la mutación se vaya a tener cáncer o que por no tenerla se esté libre, simplemente es una cuestión probabilística. Como ya hemos dicho antes, algunas herencias genéticas dotan de una enorme susceptibilidad de sufrir algunos tipos de cáncer.
La cura del cáncer y la importancia del periodismo científico

Dentro del cáncer se encuentra una infinita lista de enfermedades concretas según su localización, el tipo celular afectado y la forma en la que se encuentra afectada. Casi se podría decir que existen tantas variedades de cáncer diferentes como pacientes las padecen. El cáncer no es una única enfermedad. Cada paciente se ha visto afectado en un determinado tipo celular, de una determinada localización y resulta que sus células han registrado daños en unos sitios puntuales. Es por ello que el término "cura contra el cáncer" es tan general que se hace absurdo. No hay un cáncer, por lo tanto, lo más probable es que no exista una cura.
Aquí juega un papel clave el periodismo científico. La transmisión de información científica a la población general no es sencilla y menos en una cuestión tan delicada. Por ello, se debe evitar la imprecisión y las falsas esperanzas. Aún se siguen leyendo los titulares "hallada una cura contra el cáncer" en experimentos sobre ratones con resultados prometedores. Esos experimentos son realizados sobre animales de experimentación, por lo tanto, no conocemos su efecto en humanos y, además, son normalmente realizados sobre un tipo específico de cáncer. Pero como el lector ya sabe después de este post, hay una inmensidad de patologías dentro del término "cáncer".
Las estrategias para vencerlo
Durante el último siglo se han sucedido los experimentos para buscarle los puntos débiles a las células tumorales, sin embargo, pese a los múltiples avances y éxitos aún queda un enorme camino por recorres en la lucha contra el cáncer.

Los investigadores suelen buscar la peculiaridades de estas células. Las estrategias deben estar dirigidas a afectar lo máximo posible las células tumorales dejando indemnes las sanas. Por ejemplo, sabemos que son células que se dividen más que las sanas, ¿no? Pues ataquemos su replicación. Este es el punto en el que se sustentan muchas de las terapias contra el cáncer. El problema de este tipo de terapias es que también afecta a muchas de las células sanas de nuestro cuerpo con una alta tasa de división, como las células de la médula ósea.
En las últimas décadas se han desarrollado terapias más sofisticadas e individualizadas a cada tipo de alteración. Además, se ha vivido un enorme desarrollo de la inmunoterapia oncológica, buscando formas para que sea nuestro propio sistema inmunitario el que se encargue de llevar a cabo la respuesta frente a la enfermedad. Las nuevas vías terapéuticas son un tema extenso que merecería un entrada específica.
Para terminar, querría reivindicar el papel que juega la ciencia básica en la adquisición de conocimiento clave para la elaboración de nuevas terapias. Es necesario invertir en ella para desarrollar ámbitos del conocimiento que nos relanzarán, seguro, hacia prometedores avances hoy impensables.
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